Los filtros de aire son una de esas cosas a las que la mayoría de la gente, no presta ninguna atención porque no parece que influyan en la seguridad del vehículo. Por ese motivo, sólo se cambian cuando tu mecánico te propone el cambio, que suele ser cuando esta en un estado realmente lamentable.
Pero en realidad, es más importante de lo que puede parecer en primera instancia, y deberíamos cambiarlos una vez al año. El invierno es un buen momento ya que los meses en los que más trabajan son primavera, verano y parte del otoño.
El filtro del aire del coche evita que entren en el habitáculo polen, bacterias, polvo, además impide que entren hojas, bichos y suciedad en el sistema de ventilación, calefacción aire acondicionado. Motivo por el que si eres alérgico a polvo y polen debes tener mucho más cuidado en su mantenimiento.
Si el filtro de aire está sucio y obstruido puede causar malos olores y acumulación de mohos que pueden ser nocivos para la salud en un espacio tan reducido. También dificultan la circulación de aire en el sistema de ventilación, lo que a la larga es perjudicial para calefacción y aire acondicionado, que con el tiempo pueden sufrir averías.
La mayoría de los filtros son accesibles a través de un panel debajo del capó, pero puedes consultar el manual del fabricante para estar seguro. Dependiendo del modelo de vehículo puedes no necesitar herramientas, o necesitar alguna básica. Nunca limpies los filtros y los vuelvas a poner, es mejor colocar unos nuevos, ya que los viejos seguramente ya estén dañados y el filtro no trabaje correctamente.
Como siempre, te recomendamos que confíes en un profesional para evitar pequeños errores que deriven en averías más serias y que además sabe que piezas son las correctas para tu vehículo.