La NASA ha reinventado los neumáticos para los coches espaciales. Para ello ha recurrido al metal y a la cota de malla con el fin de evitar pinchazos.
El próximo Rover de Marte será lanzado en el año 2020 y, para evitar los mismos problemas que tuvieron las ruedas de aluminio del Curiosity, la NASA envió a sus ingenieros de vuelta a la mesa de diseño. El equipo del Centro de Investigación Glenn de la NASA comenzó por observar la denominada “Resilient Wheel” del Vehículo Lunar original que data de principios de la década de 1970, en especial el concepto de llanta de acero tejido sin aire.
El concepto de neumático fue actualizado con técnicas de fabricación modernas a principios de la década del 2000 y, aunque el equipo pasó varios años intentando crear un prototipo viable, ninguno de los proyectos proporcionó la combinación correcta de tracción y durabilidad requerida para la superficie de otros planetas o satélites. Entonces, Colin Creager, ingeniero de la NASA, y el científico de materiales Santo Padula, tuvieron la idea de cambiar el acero por una aleación de níquel-titanio.
Cuando esta aleación se teje en rollos, puede deformarse hasta 30 veces más que la malla de acero y puede volver a su forma original con facilidad. Tras estudiar su viabilidad, el equipo creó un prototipo de una llanta real y la instaló en un Jeep Wrangler para testarlo de nuevo, como comprobarás en el siguiente vídeo. Aunque no se ha confirmado que el diseño será instalado en el próximo Rover de Marte, la NASA ha asegurado que los neumáticos de malla de aleación supondrán una parte importante en el próximo vehículo de exploración con tripulación, el cual será más rápido y moverá más peso que el Curiosity.
Visto en: AutoBild.