Llega la primavera: cambia el filtro antipolen de tu coche
Llega la primavera: cambia el filtro antipolen de tu coche.
La primavera se acerca y con ella el momento ideal para cambiar el filtro antipolen de tu coche. Estamos ante uno de los grandes olvidados en el mantenimiento del vehículo, pero debes saber que su sustitución es fundamental para evitar que la polución y partículas del día a día nos afecten en el habitáculo.
¿Cuál es la función del filtro antipolen?
Como hemos comentado, se trata de un elemento compuesto por microfibras sintéticas que suelen estar cargadas de electricidad estática. Con ello conseguimos que las partículas de mayor tamaño queden adheridas al mismo (suciedad del asfalto, hollín…), pero también aquellas de tamaño reducido y casi invisibles.
Por supuesto y como su propio nombre indica, una de sus funciones es evitar la introducción del polen en el habitáculo, con el consiguiente perjuicio para las personas alérgicas o con asma.
Además, un filtro antipolen en buen estado es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema de climatización. No olvides que a través de él pasará todo el aire que entre desde el exterior al interior del vehículo. Si este filtro no está limpio el aire no enfriará lo suficiente y aparecerán olores desagradables.
Cuándo y cómo cambiar el filtro antipolen
Como solemos recomendar en estos casos, lo más acertado es acudir al manual del fabricante para conocer con exactitud los tiempos de sustitución del filtro del habitáculo. Por regla general debe hacerse cada año, justo cuando empieza la época primaveral y mayores alergias se producen.
El filtro antipolen no es un elemento demasiado caro (por unos 15 euros de media podrás comprarlo) y con un poco de maña podrás sustituirlo tú mismo en tu coche. Quizá lo más complicado sea localizarlo, aunque suele encontrarse en la zona interior de la guantera o en el vano motor, justo debajo del parabrisas.
Una vez encontrado, bastará con soltar las pestañas que lo fijen para extraerlo. Para colocarlo de forma correcta deberás comprobar la dirección del flujo del aire, indicada normalmente por unas flechas en el propio filtro. ¡Ojo! No es recomendable limpiar el filtro antipolen y reutilizarlo, sutitúyelo directamente.
Cómo tener tu coche siempre a punto
Cómo tener tu coche siempre a punto
Además de las revisiones que marca el fabricante de tu coche, se deben tener en cuenta ciertos detalles para tener siempre el coche a punto.
Además de respetar escrupulosamente todas las revisiones y mantenimientos que marca el fabricante, hay ciertos detalles que debemos controlar de forma periódica. Sólo nos llevará unos minutos y, a cambio, evitará posibles sustos, tal y como explica Arval, expertos en soluciones de movilidad.
Líquidos, al nivel adecuado
De vital importancia, sobre todo si el coche ‘duerme’ en la calle. Hay que revisar que estén correctos los niveles del aceite -para no hacer que los cilindros trabajen más de la cuenta-, anticongelante -para mantener en óptimas condiciones el motor-, líquido para los limpiaparabrisas -para mejorar la visibilidad- y líquido de frenos -para evitar excesos de presión en la frenada-.
Si éste último está por debajo de lo indicado, no te limites a rellenarlo y llévalo al taller porque puede deberse a una fuga o a unas pastillas desgastadas.
Luces, a raya
Verifica siempre que todas las luces del coche funcionan correctamente, sobre todo, las de freno, las de posición, las de cruce, las largas y las anti nieblas. Si observas algún mal funcionamiento, acude a tu taller de confianza y cámbiala. Hay que ver y ser visto.
Cinturón de seguridad, siempre en buen estado
Revisa de forma habitual los anclajes y comprueba no sólo que el cinturón encaja correctamente sino que funciona a la perfección. No olvides cambiarlo ante cualquier rotura o desgarre y también, por supuesto, si ha tenido que actuar en algún accidente.
Revisa la presión de los neumáticos
Lo recomendable es vigilar la presión cada 15 días. Para conocer la presión que debe llevar el coche con o sin carga, lo mejor es seguir siempre las indicaciones del fabricante, que encontrarás en una pegatina dentro del vehículo, bien en la tapa del depósito o bien en un lateral de las puertas. Además, vigila que no haya daños en la goma y que la profundidad del dibujo tiene como mínimo 1,6 mm, aunque se aconseja no bajar nunca de los 2 mm. Es indispensable para tu seguridad y además ahorra combustible.
Los factores que hacen de un adelantamiento una maniobra segura
Por el motivo que sea no todos los conductores vamos a la misma velocidad, y cuando esas circunstancias, la maniobra que viene después es el adelantamiento.
En esta maniobra normalmente hay dos participantes, por una parte el vehículo que adelanta y por otra el vehículo adelantado. Uno y otro tienen sus derechos y obligaciones, se trata de una maniobra de riesgo ya que se puede producir una colisión frontal.
Según el Reglamento General de Circulación se trata de una maniobra consistente en sobrepasar a otro vehículo, pero dicho concepto debe ser matizado ya que no se considera adelantamiento el que los vehículos de un carril circulen más rápido que los de otro cuando la vía está saturada, ni tampoco, cuando los vehículos que circulan por los carriles de aceleración o deceleración lo hagan a mayor o menor velocidad que los de los carriles principales.
Velocidades y distancias
Si antes de adelantar a otro coche tuviésemos que plasmar en un papel todos los cálculos matemáticos y físicos necesarios para hacer esta maniobra, las filas de vehículos serian interminables. De forma automática tenemos en cuenta la velocidad de nuestro vehículo, la del que vamos a adelantar, la distancia que necesitamos, el giro del volante, etc… Vamos, que llenaríamos bastantes folios si tuviésemos los conocimientos adecuados.
Se trata por tanto de una maniobra que se debe realizar con mucha precisión, requiere destreza y experiencia y para ello lo primero es estar en plenitud de facultades para conducir y para decidir.
Antes de adelantar
Damos por hecho que no se nos pasa por la cabeza realizar la maniobra en zonas prohibidas ni conduciendo bajo condiciones que impidan la maniobra como saturación de tráfico o condiciones meteorológicas adversas. En situaciones normales, en primer lugar es necesario tener visibilidad adecuada, no solo de los vehículos que vienen de frente, sino también del espacio al que me quiero incorporar una vez realice el adelantamiento.
Pegarnos al coche que tenemos delante y sobre todo, si es un camión, nos resta visión e incluso podemos llevarnos una sorpresa cuando adelantemos al encontramos un pequeño vehículo, moto o incluso una bicicleta que circule por delante suyo.
Aunque debemos circular normalmente por la derecha y lo más cerca posible del borde de la calzada, si es necesario podemos arrimarnos al eje de la calzada para observar los vehículos que circulan en sentido contrario y asegurarnos de la situación existente delante del vehículo que pretendemos adelantar.
Con toda esta información podemos decidir si es conveniente intentar o no la maniobra, posteriormente volvemos a nuestra posición. Con cierta frecuencia se ven a conductores que como norma general ocupan parte de la calzada contraria de forma continuada.
Pero ¿Y si alguien ha pensado antes que nosotros adelantar? Solución: Mirar por el espejo retrovisor. Imprescindible siempre que queramos hacer cualquier maniobra.
El adelantamiento
Con todas estas comprobaciones realizadas señalizaremos e iniciaremos la maniobra. El carril contrario se debe ocupar el menor espacio de tiempo posible. Da igual que tengamos mucha visibilidad y estemos seguros de que no viene nadie de frente. Una vez rebasado el vehículo señalizamos y volvemos a nuestro carril.
Esta maniobra se hace especialmente complicada en cambios de rasante, curvas de visibilidad reducida, en las que por norma general está prohibido adelantar, pero que en algunos casos una falsa sensación de seguridad por parte del conductor le lleva a intentar el adelantamiento.
Con la finalidad de que el coche entre con más fuerza en esta maniobra, se puede reducir una marcha si es necesario.
Al igual que el vehículo que adelanta tiene sus obligaciones, también las tiene el vehículo que es adelantado. Sabiendo que lo principal es que tenga visibilidad, como vehículos adelantados debemos movernos hacia la derecha y durante el adelantamiento no aumentar la velocidad para que la maniobra se realice en el menor tiempo posible, por su seguridad y por la nuestra.
Adelantando a los más vulnerables
La exposición al riesgo de los usuarios más vulnerables como motos o bicicletas en esta maniobra se incrementa de forma exponencial, cualquier impacto puede suponer graves lesiones, ya que la carrocería son los propios conductores u ocupantes. Para realizar la maniobra de adelantamiento se suele incrementar la velocidad, con lo que las consecuencias son más graves.
El incremento de estos vehículos, tanto en ciudades como en carreteras es notable y las previsiones de crecimiento son al alza. En las cifras de accidentes también suponen un número cada vez mayor.
Según un informe en el que se analizaron los accidentes graves en los que estuvieron implicados motoristas entre el 1 de enero de 2014 y el 30 de junio de 2016 publicado por el Centro de Estudios Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial, más del 45% de los motoristas que fallecen en accidente de tráfico lo hacen a causa de adelantamientos indebidos o invasiones del carril contrario.
En el caso de los ciclistas en el que la inestabilidad y el equilibrio de conductor juegan un papel fundamental, se hace indispensable respetar la distancia lateral. En otro estudio realizado por la misma entidad, se constataba que uno de cada 5 vehículos no mantenía la distancia lateral de seguridad cuando adelantaba un ciclista.
La tecnología al servicio del conductor
Si la precisión es vital en las maniobras complicadas, la ayuda de la tecnología puede salvar más de una vida, ayudándonos a detener el vehículo en el momento preciso a mantener la distancia de seguridad o conservar la estabilidad del vehículo. El Grupo Continental Automotive, entidad activa dentro del proyecto multinacional VisionZero, ha desarrollado tecnologías revolucionarias que se pueden encontrar en la mayoría de los coches modernos hoy en día: ABS, ESC y EBA, con el fin de conseguir el ambicioso pero necesario objetivo de cero muertes, cero lesiones y cero accidentes.
Cómo hacer una diagnosis del sistema de lubricación y refrigeración
LUBRICACIÓN Y REFRIGERACIÓN
El objetivo de cualquier motor es producir movimiento a expensas de una fuente de energía externa. En los motores de combustión interna, según se ha visto en capítulos anteriores, esto se logra quemando combustible. Por naturaleza, un motor en funcionamiento implica una gran cantidad de fricción entre sus componentes móviles y una elevada temperatura debida a la combustión y a la propia fricción. La fricción, junto con el calor producido por la misma, puede provocar el agarrotamiento de los componentes y un rápido desgaste de los mismos, mientras que el calor residual de la combustión puede elevar tanto la temperatura que produzca la fusión de las piezas metálicas. En ambos casos, el efecto es la inutilización del motor. Para mantener fricción y calor en unos valores razonables, los motores disponen de sistemas de lubricación y refrigeración.
Dos de los sistemas más importantes para el motor del vehículo son el de lubricación y refrigeración. Del buen funcionamiento de ambos depende la integridad y durabilidad del motor del coche. El vídeo muestra los detalles de funcionamiento de ambos mecanismo.
Por este motivo, es necesario que en las revisiones se verifique que los dos trabajan correctamente, cumpliendo sus objetivos de forma adecuada.
En este vídeo se puede observar todos los detalles de su funcionamiento, su diagnóstico, así como la forma de proceder a la hora de realizar su comprobación.
Diesel – gasolina: ¿qué pasa si pongo el equivocado en mi coche?
Las posibilidades de error de repostaje se han reducido bastante.
Diesel – gasolina: ¿qué pasa si pongo el equivocado en mi coche?
En estos tiempos de prisas, a veces las cosas más sencillas se nos pasan por alto. Acciones de pura rutina, que hacemos sin pensar. Pero otras tienen consecuencias más severas, y una de ellas es la de repostar Diesel en un coche gasolina, bien porque es el coche de un familiar, o de alquiler, y como el nuestro utiliza otro combustible, no lo pensamos.
Hasta hace unos años, la anchura del depósito era muy similar entre coches gasolina y Diesel, unido a que las mangueras de combustible tenían un conducto final de igual tamaño. Eso podía provocar con suma facilidad el error en el combustible. Pero en los automóviles relativamente nuevos –de entre 4 y 5 años, más o menos–, las posibilidades de error de repostaje se han reducido bastante, porque el tamaño de las entradas de depósito son diferentes según el combustible que use el coche, y las gasolineras se han adaptado cambiando también: el boquerel de una manguera Diesel es más ancho que el de una manguera de gasolina, por lo que es casi imposible echar gasóleo a un coche con motor de gasolina.
Sin embargo, a la inversa sí que se puede, ya que la manguera de gasolina entraría perfectamente en la boca del depósito de un coche Diesel. También existen gasolineras en las que, aunque selecciones una manguera incorrecta, no fluye el combustible, puesto que no se ha dado la orden de suministrar a esa manguera concreta.
Por lo tanto, primer truco: si no entra, no lo fuerces. Pero si se da el caso que la manguera entra y repostas tranquilamente el combustible que no es, tienes un problema. Si te has percatado del error, lo mejor es que no arranques el coche, sino que llames a la grúa y que un mecánico drene el depósito con las medidas de seguridad oportunas. No debería haber más problema. Eso sí, suele realizarse la siguiente operación para asegurar la total limpieza: se llenan cinco litros y se rueda con el coche hasta entrar en reserva o estar cerca del agotamiento con el testigo encendido, y luego se llena el depósito. Una vez consumido un cuarto, debe volver a llenarse. Eso permite la limpieza, pero también que la bomba de gasolina funcione correctamente, por si hubiera podido verse levemente afectada.
Pero si arrancamos, las consecuencias son diferentes según se trate de un motor gasolina o uno Diesel, y de la cantidad de combustible que hayamos repostado. Si ponemos Diesel en un gasolina, el motor arrancará, pero se detendrá poco después, al no ser el combustible óptimo para su funcionamiento. Sin embargo, por poco que haya estado en marcha, el problema es ya importante.
El combustible habrá recorrido partes esenciales del motor, por lo que no sólo habrá que drenar el depósito, sino afrontar una lista de reparaciones bastante extensa. Habrá que limpiar los tubos, y también los inyectores, una de las peores reparaciones que podemos afrontar porque seguramente habrán quedado dañados, con lo que lo más seguro es que tengas que cambiarlos por unos nuevos. Si el coche es de carburación, lo más seguro es que el motor quedará dañado y habrá que cambiarlo. Y no es descartable que el catalizador haya quedado también seriamente afectado.
En el caso contrario, gasolina a un motor Diesel, los problemas son similares. Pero el coche arrancará y circulará, expulsando un denso humo blanco y dando tirones, emitiendo también ruidos extraños. La bomba de inyección y los filtros estarán dañados, y también los inyectores. El coste de todo ello no es bajo: podemos estar hablando de cifras que lleguen a los 7.000 euros, con lo que empieza a ser cuestionable si merece la pena la reparación.
Realizado el daño, se plantean varias dudas. Por ejemplo, si el seguro se hace cargo de la reparación. Vete olvidando. Has cometido una negligencia, por lo que la responsabilidad del siniestro es totalmente tuya, y tendrás que asumir el coste íntegro de la reparación, puesto que hay una falta del cuidado debido ante una acción realizada por el propio conductor. Ninguna póliza de seguro te va a cubrir un daño así. Pero lo que sí que te cubrirán es el traslado del coche en grúa hasta el taller que indiques, pues eso forma parte de la cobertura básica de todo seguro.
Puede que pienses que como tu coche aún está en garantía de la marca, ésta se hará cargo de las reparaciones. Pero obviamente volvemos a encontrarnos con la misma respuesta. La marca te cubre defectos de fabricación, no errores o el mal uso que puedas infligir a tu automóvil. Y obviamente, equivocarse de combustible es una de las acciones que se engloban en esos términos. Por supuesto, lo mismo ocurre en el caso de coches de alquiler, en cuya letra pequeña aparece que los daños que causes son responsabilidad tuya, y desde luego, aunque puedas contratar un seguro, este nunca cubre una negligencia como la que estamos tratando.
En cualquier caso, es una circunstancia que se da más a menudo de lo que pensamos. No tenemos aún los datos de 2016, pero en 2015 el RACE –Real Automóvil Club Español– asistió a 9.666 vehículos, de los cuales 5.539 habían echado gasolina a un coche Diesek, y 4.127 en el caso contrario.
¿Y SI ES UN EMPLEADO DE LA GASOLINERA EL QUE COMETE EL ERROR?
En ese caso, la buena noticia –dentro del problema– es que la estación de servicio es responsable. Nos encontramos en el ámbito jurídico de la responsabilidad extracontractual, regulada en el artículo 1902 del Código Civil: “el que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado”. Eso sí, tenemos un año para proceder a reclamar desde el momento en el que se produjo el daño.
Como elemento probatorio fundamental, debemos conservar el ticket de pago de la gasolinera, donde deberá constar qué tipo de combustible solicitamos, además del día y hora. Por supuesto, también la factura de reparación del mecánico, o de las actuaciones que se hayan llevado a cabo para reparar el vehículo. No menos importante, solicitar en nuestra demanda las grabaciones de vídeo donde se vea al operario introducir el combustible en nuestro vehículo. Tampoco es descartable la confección de un informe pericial sobre el vehículo que atestigüe los daños sufridos, el tipo de combustible que se encontraba en el vehículo, y si los daños pueden ser producidos por este error.
De todos modos, lo mejor es estar muy atentos en el momento en el que vamos a repostar. Nos ahorraremos muchos problemas a cambio de un momento de atención.
Ante cualquier duda, consulta a tu taller de confianza www.actual-car.com.
Consejos para eliminar el hielo del limpiaparabrisas
Antes de que llegue el frío
Rellenar el depósito de líquido del limpiaparabrisas con un producto específico que contenga anticongelante (todos o casi todos los del mercado), en invierno el agua o agua con jabón se puede congelar, lo que podría congelar la bomba eléctrica del sistema.
Evitar que se forme hielo en el parabrisas
Existen muchos trucos caseros más o menos eficaces, como frotar el cristal con una patata pelada, rociarlo con una mezcla de agua y vinagre, etc vytorin cream. Lo más práctico, sencillo y limpio es cubrir la luna con un cartón o una manta (que será necesario sujetar con los brazos del limpiaparabrisas y las puertas delanteras). De este modo evitaremos la formación de hielo y también que las escobillas del limpiaparabrisas se queden pegadas al cristal.
Eliminar el hielo de forma eficaz
Para quitar el hielo de manera efectiva se recomiendar realizar las siguientes acciones:
- Arrancar el motor, conectar la calefacción con el ventilador al máximo y dirigir el flujo del aire hacia el parabrisas. Nunca se debe esperar a que el motor adquiera temperatura antes de encender la calefacción, el cambio brusco de temperatura puede rajar el cristal.
- Usar un producto descongelador: existen varios en el mercado, aunque es la solución más cara.
- Rocíar el parabrisas con alcohol: El alcohol tiene un punto de congelación inferior al agua. Si la capa de hielo no es muy gruesa es una buena solución; en caso contrario, habrá que utilizar una rasqueta para eliminar el hielo. No se debe llenar el depósito de líquido del parabrisas con alcohol porque puede estropearlo.
- Rascar el hielo que se ha adherido al cristal: Lo ideal es hacerlo con una rasqueta de plástico, pero en caso de no disponer de una, se puede utilizar la caja de un CD o cualquier tarjeta o carné de plástico (mejor si carece de valor). No debe utilizar instrumentos metálicos ni de materiales que puedan arañar el cristal.
- Accione el limpiaparabrisas: Podrá utilizar el limpiaparabrisas y los dosificadores de líquido para dejar la luna perfectamente limpia después de haber eliminado el hielo, haber despegado las escobillas del cristal y siempre que el depósito del líquido contenga un producto anticongelante.
- No olvide retirar también el hielo de los faros: En coches con faros halógenos, debería bastar con encender las luces durante un tiempo. Pero las modernas tecnologías de iluminación o los halógenos con un diseño que separan mucho la parábola del cristal protector, requieren que retiremos el hielo a mano.
Lo que nunca debe hacer
- Accionar los limpiaparabrisas y echar agua. El agua empeorará la situación y las escobillas del limpiaparabrisas es muy probable que estén pegadas por el hielo, así que podemos estropearlas y también el motor del limpiaparabrisas.
- Echar agua caliente. El cambio brusco de temperatura podría romper el cristal.
- Echar sal. La sal evita la congelación, pero no descongela; además, puede arañar el cristal y corroe la chapa.
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